Estambul está dividida en dos partes: la parte Europea al Oeste y la parte Asiática en el Este.
Mientras la parte Europea puede presumir de tener el patrimonio histórico de la ciudad -tal como la mezquita de Hagia Sofía y el Gran Bazar-, así como la mayoría de los barrios de clase alta, la parte Asiática es el epicentro de la revolución artística de Estambul.
Y dentro de ese epicentro, su joya se llama Kadiköy.
Caminar por este barrio es respirar una bocanada de aire fresco, de ideas y creatividad.
Cada vez que me siento en sus cafés y terrazas, me dan ganas de escribir un libro o tomar fotos de las personas que veo pasar
Sus edificios antiguos te transportan al Estambul de los años 70s, y su diversidad cultural y de religión hacen de Kadiköy una isla de convivencia única en Turquía.
Lo mismo puedes ver una sinagoga así como a una iglesia cristiana o una mezquita, y sentados bebiendo té o una cerveza puedes ver a gente secular, musulmana, LGBT, pintores, escritores y extranjeros.
Hoy incluso me topé con un dibujo en una pared que representa la lucha feminista Turca, impensable en otros países de la región.
Kadiköy nos recuerda la riqueza que nos brinda la tolerancia y la inclusión. Y lo mucho que hay que protegerla.
Así que si alguna vez les digo que estoy escribiendo un libro, ya saben en donde me podrán encontrar.
Notas de Alfonso 
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