Aprender a desaprender

Si hay algo que los seres humanos jamás dejaremos de hacer es aprender algo todos los días.

Incluso unos meses antes de nacer, el feto empieza a aprender lo que son las sensaciones de su mamá.

Y cuando nacemos, aprendemos lo que son los colores, relieves, olores, objetos…

Cuando crecemos, todas estas ideas aprendidas muchas veces son puestas a prueba.

En Psicología, el término neuroplasticidad se refiere a la capacidad del cerebro de adaptarse y aprender a desaprender para dar paso a nuevas ideas.

Estando en Chiang Mai, conocer a la gente local y relacionarme con personas de una cultura totalmente diferente a la mía me ha dado la oportunidad de desaprender varias ideas que he ido aprendiendo desde que era niño.

De esta manera, he desaprendido que cuando alguien te sonríe es por que quiere algo de ti o por que le atraes.

En Tailandia, sonreír es una forma de ser feliz y de relacionarte con tu comunidad.

He desaprendido que todo negocio tiene como fin sacar el máximo beneficio posible.

En Tailandia, el costurero más sonriente que he conocido en mi vida le cobró a Begüm 20 bahts por arreglar su bolso, y cuando Begüm intentó darle más porque era muy poco, él se negó y nos pidió por favor que no lo hiciéramos ya que ‘se rompería el balance’.

He desaprendido que la vida es corta y que hay que vivirla rápidamente.

En realidad, la vida es larga si sabemos disfrutarla lentamente.

He desaprendido que ser productivo todos los días es el último propósito en la vida.

La verdad es que el simple hecho de existir ya es un propósito.

Y también he desaprendido que no hay que confiar.

Al contrario, confía.

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