Hace casi 7 meses que viajamos a Asia.
Hoy, después de 8 países distintos visitados, muchas frutas nuevas saboreadas, innumerables experiencias y nuevos amigos, estamos de vuelta en Estambul.
Lo que empezó como un viaje para conocer los rincones de Asia, se convirtió en un viaje para conocerme mejor, conocer mejor a Begüm, y conocer a las personas que viven por el mundo y su forma de vida.
Y lo cierto es que, cuando hablaba del sentido de la vida, estaba muy equivocado. Por que no existe un sentido de la vida como tal, por lo menos no en Asia.
Los seres humanos somos tan pequeños e insignificantes en comparación con lo que hay ahí fuera, que es ridículo pensar que existe un solo sentido de la vida.
Los tailandeses han encontrado su sentido de la vida siendo agradecidos y sonriendo, dejando fuera el ego.
Los vietnamitas han encontrado su sentido de la vida siendo trabajadores y comunitarios. Como nuestra anfitriona Tracy en Saigón.
Los camboyanos han encontrado su sentido de la vida siendo hospitalarios y ayudando cuando alguien lo necesita, como cuando me corté el dedo en Siam Reap.
Cada minoría en Malasia ha encontrado su sentido de la vida en la religión: los musulmanes en el Islam, los chinos en el Budismo, y los indios en el Hinduismo.
Los Singapurenses han encontrado su sentido de la vida esforzándose por hacer de su país uno con la mejor tecnología, calidad de vida, y educación en el mundo.
Los Indonesios de Bali han encontrado su sentido de la vida en sus rituales y tradiciones ligadas a la naturaleza y a los Dioses de la isla.
Los Japoneses han encontrado su sentido de la vida en dar lo mejor de si todos los días y respetando a sus semejantes.
Los coreanos -poco a poco- van encontrando su sentido de la vida con su innovación y creatividad.
Como vemos, cada sociedad y cultura ha creado su sentido de la vida a su manera, todos somos distintos y cada propósito es legítimo.
Nadie nace con un propósito, sino que nosotros mismos lo creamos.
Después de estos 7 meses, hoy me encuentro en un rincón de Estambul disfrutando una taza de çay, sentado en una terraza de mi barrio favorito Kadiköy viendo pasar a la gente.
¿Cuál es mi sentido de la vida? Por ahora, mi sentido de la vida es disfrutar un çay y ver pasar a la gente.

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